domingo, 3 de marzo de 2019

ERES...

Enamorarse de las almas y lo que eso conlleva.

Si...

Las distancias nos salvan o nos dejan caer en las ciénagas torpes de lo mundano, pero tu mano me salvó cada día en la distancia. Deambulas por mis entrañas y es imposible contener la sonrisa alegre de ojos vidriosos. Me pregunto entre pequeños asombros y por qués: ¿Cómo no creer en ti si creo en la utopía?

Todos pasamos por tiempos extraños, tiempos difíciles y de no poder otear horizontes al alcance de las lineas de nuestras huellas dactilares. Pasé años horribles haciendo frente a inseguridades y dudas sobre mi y mi existencia. Pero conseguí otear y casi tocar tu brújula lírica que en un solo instante logró guiarme hasta mi lugar en el universo.

Hemos jugado a conocer nuestros maravillosos defectos una y otra vez. A tumbarlos y amarnos mirando mas allá de la piel y los huesos. Dejando escapar nuestro lenguaje interior para no tener que calcularnos de ninguna manera. Las palabras fueron tren de mercancía, el alma y los cariños era el producto. Fuimos capaces de decir verdades aunque sonaran a mentira, así pudimos soltar las cadenas.

Hay llamadas en el interior, en mi interior. Me muevo torpe como bebé en busca del alimento. Desaparece todo lo demás: las casas se hacen arena y el agua se evapora porque siento que no hay nada mas importante que alcanzar el objetivo que está pidiendo mi cuerpo. Sensaciones. Abismos de lo terrenal y lo logístico se interponen. Arde todo tan rápido como papel fino expuesto a la llama de nuestro centro. Quedan ramas, erosión y desgaste.

Siendo quien soy, y lo que soy, no puedo decir que las vibraciones han muerto.

Sé aceptar las decisiones y sé dónde atracar el navío de los sueños de un aprendiz de Druída loco y barbudo.

Brindo y agradezco por la experiencia de haber sentido las fuerzas de tu amor y tu llama.


''Quizá este cuento no le guste a nadie...es el riesgo que hay al escribir.''



-León de Fuego en el Valhalla-

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