jueves, 10 de octubre de 2013

MÖRDER.

Nena. 
Deberías saber que mi piel lo aguanta todo.
Que mis entrañas son tan fuertes como tu forma de vida. 
Que antaño y a grandes rasgos,
sigue siendo mi forma de vida también. Recuérdalo. 
Te dejas engañar por mi aspecto bonachón y placentero. 

No me he dejado ver. 
No he desvelado mi tercer truco, 
por llamarlo de alguna manera. 

Mi bestia quitó las legáñas de mis ojos y alzo la cabeza. 
¿Donde están mis garras?. ¿Donde anda mi rugido?. 
¿Que le ocurre a esta yesca que no es fuego?.

La razón me devuelve el oxigeno que reaviva lo 
que siempre a sido ebullición. 
Movimiento y acción.

Bestia soy, veneno también. Picadura mortal y una caricia. 
Nunca nadie es lo que parece. 
Soy quien soy, pero también soy algo más. 
Sé hasta donde puedo llegar, contigo y sin ti. 

Arrancar tu piel cada alba, lamerte, 
recorrer tu cuerpo con la lengua. 
Interminables mañanas que me despiertan 
tempranamente pero las vivo como
horas largas y regocijadas con risas y pasión
mientras vuelvo en mi. 

Donde despierto una 
y otra vez sin que me lo pidas, 
respetando tu lado de la cama,
voy en tu busca a los sitios
más recóndidos de la realidad cercana. 

Palpando y maldiciendo...

Hay algo que no me da miedo y 
me hace fuerte a la vez, y eres tú.

Mis garras rugen, el fuego atormenta a mi paso. 
Felicidad intocable, entrañas intactas y 
una historia por delante. 

No ser la clave, ser la sorpresa. 
No ser una realidad de nuevo 
y ser una y mil puertas con caminos a elegir.   

Mi puño se alza con el trueno. 
Mi mano respeta tu aire y su olor a jazmín. 
La bestia aguarda. 

Si ves los ojos del felino brillar en esta selva, déjate llevar. 

Colmillos al rojo vivo en tu nuca.
Garras clavadas hondo en tus costados... 
Mientras... la naturaleza observa.

                                                                                                                -León de Fuego en el Valhalla-


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