lunes, 5 de diciembre de 2016

AGUJA E HILO

Puse mi corazón en la mesa 
y con un cuchillo 
lo corté en pequeños trozos 
llenándolo todo de sangre 
¡Rojo! Sólo se veía el rojo de la sangre
tiñendo  mi alrededor 
Lo miré,hecho pedazos,inerte. 
¡Y sentí desprecio hacia el!
Cuando la euforía de la sangre pasó 
observé mi corazón despedazado y lloré 
¿Realmente quería ser una persona sin corazón?
Sabía que la respuesta era NO, por lo que 
me dispuse a coserlo con aguja e hilo,
apresuradamente, 
intentando salvar mi pobre corazón ,
pero quedó un hueco vacío,
que rellené con un chicle sabor fresa.
Ahora ...no sé si sigue latiendo...
pero al menos ¡No huele mal !
Huele a chicle de fresa
-Kabreada Kaotika-

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