Puse mi corazón en la mesa
y con un cuchillo
lo corté en pequeños trozos
llenándolo todo de sangre
¡Rojo! Sólo se veía el rojo de la sangre
tiñendo mi alrededor
Lo miré,hecho pedazos,inerte.
¡Y sentí desprecio hacia el!
Cuando la euforía de la sangre pasó
observé mi corazón despedazado y lloré
¿Realmente quería ser una persona sin corazón?
Sabía que la respuesta era NO, por lo que
me dispuse a coserlo con aguja e hilo,
apresuradamente,
intentando salvar mi pobre corazón ,
pero quedó un hueco vacío,
que rellené con un chicle sabor fresa.
Ahora ...no sé si sigue latiendo...
pero al menos ¡No huele mal !
Huele a chicle de fresa
-Kabreada Kaotika-
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