lunes, 29 de diciembre de 2014

¡BRINDEMOS!

Por el dolor muscular, los espasmos. Por sentir como si te hubieran arrancado las articulaciones y te hubieran puesto cristales rotos. El estómago se llena de Bilis, el vómito es como si alguien te metiera un gancho al rojo vivo por el esófago y te rasgara la carne. La sangre gotea por la garganta y te ahoga, y te da arcadas con un estupendo sabor a cobre de moneda quemada. Los leucocitos desaparecen, abriendo tu organismo a los ataques. La fiebre se dispara, la piel parece que te arde, y al rato es como si estuviera enterrada en hielo. Cada sensor del dolor del cuerpo se activa al mismo tiempo, hasta que la agonía ya no es una palabra ni un concepto. Es tu única realidad. Tienes alucinaciones, pesadillas con la muerte. Entonces empieza la carrera: El cuerpo puede desandar el camino a rastras a tiempo, o los organismos hostiles y los parásitos te conquistan para siempre. Incluso imaginas un par de sitios donde tirar tu cuerpo si la cagas. Es como si el universo entero te hiciera un corte de manga. Si ganas, Vives. Si pierdes, mueres. Al universo le da igual y lo peor de todo, es que crees merecerlo.

Un golpe, una bala, un hierro oxidado, incluso un resfriado, eso puede matarte. Nadie muere de o por amor aunque te lo parezca. Eso si, la experiencia de lo bueno y lo malo no te la quita nadie.

Feliz día de lo que sea. 

-León de Fuego en el Valhalla vs Dr.House-


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