NEVER SURRENDER

Arrastramos el pasado casi de porvida, le observamos por el rabillo del ojo. Le silbamos, le chistamos y le miramos, con desdén, pero no podemos quitarle ojo hasta que un día aprendes a convivir con él. Un agua y un aceite que vuelven a encontrarse y aprenden a entenderse. La fiesta por la matanza de prejuicios contra uno mismo es inevitable cualquier día. Vencer tus propios miedos, vencer lo que te oprime, romper las rejas de la jaula donde tienes presos tus pensamientos, a martillo y espada y dejarlos pasear libres por los cuatro elementos. La eterna batalla se convierte en la alianza de alianzas que nos conducirá al alza y al encuentro con el fuerte reino que llevamos dentro.

Ruge el cambio. ¡Ruge! ¡Hostias ya!

-León de Fuego en el Valhalla-